martes, 23 de agosto de 2011

Belgrano: Las dos expulsiones condicionaron.


El punto que se trajo Belgrano de Santa Fe, por cómo terminó el equipo con dos jugadores menos, hay que valorizarlo como muy positivo. Las expulsiones de Silvera y Quiroga desdibujaron un partido que empezó parejo. El Pirata aguantó como pudo y se aferró a un punto que terminó siendo muy bueno.


El primer tiempo fue muy flojo. Ninguno de los dos equipos propuso algo bueno. El árbitro Mariano González ayudó a semejante bodrio. No fue equitativo y ante similares faltas, favoreció más al local que al Pirata. Las jugadas fueron muy friccionadas y los arqueros fueron casi dos espectadores más. Como ejemplo estuvo que el único tiro al arco fue a los 34 minutos, con un disparo desde muy lejos del “Picante” Pereyra.

La jugada más destacada de la primera parte fue la expulsión de Andrés Silvera a los 37. El árbitro observó un puntapié a un rival en un tiro a favor del Pirata. Increíble lo del “Cuqui”. Que un futbolista de su experiencia reciba dos tarjetas amarillas por jugadas intrascendentes (la primera fue una falta de atrás en el medio).

A partir de la inferioridad numérica, Belgrano se tuvo que reacomodar. Del 3-4-1-2 inicial pasó a un 4-4-1 para aguantar a Unión que no proponía nada. Así se fueron al descanso.

En el complemento, la “B” dependió de Vázquez y de Pereyra para generar peligro. Los pelotazos se hicieron presentes en el equipo cordobés y sólo espera alguna individualidad de los dos atacantes celestes.

En el minuto 14 se produjeron dos jugadas muy claras. Primero fue una contra entre “el Mudo” y “el Picante”, que el “10” definió con un cabezazo débil que contuvo Bologna. En la jugada siguiente, Fausto Montero quedó mano a mano con Olave y el “1” resolvió magistralmente. Luego, vino otro minuto fatal: a los 26, en una jugada que no definía nada, Quiroga le pegó de atrás a Vera y el lateral vio la tarjeta roja. Al igual que Silvera, el defensor del Pirata fue bien expulsado.

A partir de ahí, Belgrano tuvo que aguantar como pudo con dos jugadores menos. Lo de Unión seguía siendo muy flojo y no sabía cómo entrarle a la defensa celeste. Hasta el final fue sufrir y esperar que el impresentable González decrete el final del partido.

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