Es difícil que a Estudiantes no lo tilden de candidato si, además de haberse reforzado con jugadores de jerarquía, los que llegan hacen rápidamente los mandados. Como el caso de Mauro Boselli, quien en el primer amistoso convirtió los dos con los que su equipo le ganó 2-0 Fénix, de Uruguay.
El tercer y último amistoso de la pretemporada resultó para Estudiantes una buena prueba. No porque su rendimiento haya sido superlativo (más bien pareció regular ritmo y energías) sino porque ratificó algunos datos y comprobó, sobre todo, que Mauro volvió intacto. A los 4 minutos Boselli ya despabiló a los cientos de hinchas que asistieron al Country. Recibió una pelota en profundidad, se acomodó y sacó un derechazo alto que rompió el arco. A los 26 se vistió de rebotero, una de sus tantas cualidades: aprovechó el rebote que dio el arquero tras el fuerte remate de derecha de Carbonero.
El colombiano, precisamente, ha sido una de las gratas apariciones. Ayer repitió una buena actuación por la banda derecha, con llegada al área y remate.
Otra de las sorpresas de este trío de partidos fue Diego Galván. Con él por izquierda el equipo se aseguró quite y proyección. Es cierto que el amistoso de ayer no resultó atractivo, que Estudiantes dominó mucho tiempo la pelota sin lastimar y que Fénix no tenía chispa arriba, pero para los hinchas algunos datos, como el de Mauro y su amistad con el gol, son más que alentadores.
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