Fue el último ensayo para ambos, con el Apertura a la vuelta de la esquina. El empate los dejó conformes a los dos en cuanto al resultado, aunque en cuanto al juego en sí, la sensación es que hay muchas cosas que ajustar en la última semana.
Las formaciones mostraron buen manejo de balón, pero a la hora de rematar la mira estuvo desviada. El conjunto de Torrente tomó la iniciativa y de poco fue dominando el trámite del partido. Con la presión de Sperdutti y Noir, sumado al buen trato de balón por parte de Víctor Figueroa, el equipo rosarino era el más inquietante. Y justamente de la mano del enganche llegó el gol de la Lepra. Notoriamente contrariado, Mario Sciacqua movía constantemente posiciones y esquemas. Y no fue solución: su equipo lucía desordenado y confundido. Sin embargo, en el complemento la situación cambió ya que la visita sintió del desgaste y se quedó sin piernas. Y Colón lo aprovechó. El Sabalero empezó a tocar la pelota, aunque apenas eran insinuaciones, ya que los delanteros no podían definir. Hasta que Alario (había ingresado por Higuaín) exageró un empujón de Achucarro y el árbitro compró. Luego Moreno y Fabianesi cambió por gol.
El resultado es anecdótico, pero quedó la sensación de que Newell’s está más y mejor armado, y que Colón todavía sigue buscando variantes. La falta de definición es una materia que ninguno de los dos equipos aprobó.
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