Para no volver a correr desde atrás y poder pelear, en Boca todos saben de la obligación de ganar en el debut de local. Falcioni trabaja para asfixiar a Unión.
A Boca no le queda otra que ganar. Está obligado. Por historia, sí, pero por presente, también. Porque no sólo el runrún entre la gente obliga al equipo de Falcioni a quedarse con los tres puntos ante Unión sino también porque, para cumplir el objetivo de dar la vuelta olímpica, habrá que comenzar a sumar desde ahora para no correr desde atrás como pasó en el Clausura pasado.
“Boca está siempre para ser campeón. Tenemos que pensar en eso. Después se verá para lo que estamos, pero en principio ese es el objetivo”, había dicho el entrenador antes de emprender la gira por Europa. Y el mensaje se extendió a todo el grupo. Desde el máximo ídolo y nuevo capitán como Riquelme, quien avisó que “ponerse la camiseta de Boca te obliga a salir campeón” y se puso como meta no tener flojos comienzos como en los últimos dos campeonatos, hasta referentes como Schiavi (“tenemos que pelear el campeonato”, había dicho) o nuevos como Cvitanich (“Boca exige pelear torneos”, expresó no bien llegó). El objetivo está claro pero, para cumplirlo, los de Falcioni deberán corregir un ítem clave que es volver a hacerse fuerte de local: en el torneo pasado sólo ganó tres de los nueve partidos jugados en la Bombonera, con cuatro empates y dos derrotas. De hecho, en los tres primeros partidos jugados en casa había cosechado dos caídas (Godoy Cruz y Olimpo) y una parda (All Boys)...
Para colmo, como si el Mundo Boca no tuviese presión propia, hasta el colorido ajeno al club le llega al Emperador. Ayer, mientras los jugadores realizaban trabajos de campo, un grupo de hinchas del Inter de Brasil pasó por el club en el tradicional micro que lleva a los turistas a recorrer la ciudad y, mientras mostraban su gran bandera, cantaron por el Inter, por Brasil y silbaron a los jugadores que se entrenaban ahí (mayoría de Cuarta y Reserva). En ese contexto, Unión será el primer obstáculo a superar y, para eso, en la primera práctica a fondo de la semana (el lunes sólo hizo regenerativo) Falcioni ordenó que, luego del trabajo en el gimnasio, los jugadores realicen un trabajo de presión simil “loco”, divididos en equipos de a cuatro jugadores. Sí, JC no quiere darle respiro a Unión. Lo quiere ahogar. Sabe que está bajo presión en el primer partido del torneo en la Bombonera.
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