No está solo, aunque de esa sensación cuando se lo ve trotar, lejos del pelotón que forma el plantel. Nahuel Benítez, delantero de las Inferiores de San Lorenzo, en plena recuperación por la rotura de los ligamentos cruzados de la rodilla derecha, también viajó a San Luis. Sí, lejos de atenerse sólo a la supervisión a distancia de su evolución, Omar Asad le avisó que lo tendrá en sus planes y por eso prefirió incluirlo en la delegación que ya lleva una semana en Potrero de los Funes. Claro, hasta él mismo se sorprendió por este viaje: “Pensé que me iba a quedar en Buenos Aires, pero me dijeron que tenía que viajar y acá estoy. El Turco no me dijo nada, fue el kinesiólogo el que me avisó. Eso sí, Omar me da aliento igual que el Pacha Cardozo: se están portando muy bien con todos”.
A casi seis meses de la lesión (el 21/2, en la misma jugada en la que le marcó a Godoy Cruz su primer gol en la elite), Benítez, de 21 años, entró en la recta final de su recuperación y, ahora en el grupo de profesionales, disfruta de la convivencia con sus compañeros “Es positivo tenerlos cerca. Ya soy uno más: a veces me cargan diciéndome que estoy en San Luis de vacaciones. Y por ahí me agarra el bajón por querer entrenarme al ritmo del resto, pero todos me hacen sentir muy cómodo. Eso sí, soy el menos cansado, je”.
-A tu ritmo, ¿cómo son las exigencias?
-De a poco me voy sintiendo mejor, haciendo trabajos de campo, de salto, pesas. Lo llevo bien, aunque a veces me agito: me parece que el kinesiólogo está mejor que yo, ja.
-Se te ve muy bien de ánimo, ¿cómo llevás esto psicológicamente?
-Al principio estuve muy mal, no quería ni ir al club, pero ya lo superé, con los consejos que me dieron algunos compañeros que pasaron por esto, como Meza, Aguirre, el Pipi. Ojalá que no me vuelva a pasar algo así. Aprendí a valorar cosas que por ahí uno no mira cuando está bien.
-¿Te pusiste un plazo para volver?
-Estamos calculando que podría volver en agosto o septiembre. Depende de cómo se dé todo, pero vamos con tranquilidad. La idea es terminar el año jugando en Reserva o algún partido en Primera, como para arrancar con todo el año que viene, pero siempre con mucha calma.
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