martes, 22 de enero de 2013

Boca Jrs : Contento por el gran equipo y el DT


"Voy a dejar la vida", dice el 7 que ya ganó cinco títulos. Su respeto por Bianchi, su onda con Silva, su sueño de Selección... Pasen, están invitados.
El hombre más buscado del verano estaba en el cine. Solo. Era viernes a la noche y los que hacían la cola en el Showcenter de Haedo no podían creer quién estaba ahí al lado suyo esperando en la fila. Con su mujer, Celeste, en Brasil ultimando detalles para volver a la Argentina, el Burrito Martínez hizo una de las cosas que más le gustan en la vida: ir al cine. Fana de películas como Los Vengadores, Spiderman, Batman, estaba ahí ese viernes a la noche disfrutando de Jack Reacher (el filme protagonizado por Tom Cruise), cuando le vibró el celular. Era un ex jugador de River el que lo llamaba para darle la noticia de que ya estaba todo OK para que se sumara a Boca. ¿Quién era ese ex River? Su papá, Carlos, al que todos conocen como Puchi. Le dijo que preparara el bolso, que al otro día debía salir tempranísimo rumbo a Tandil, para sumarse a la pretemporada del equipo de Bianchi. Así que a Juanma no le quedó otra que dejar la sala sin ver el final de la peli. El otro final, el del filme más taquillero del verano, ya tenía un desenlace feliz.
-La película zafa, ¡igual me quedé con ganas de ver cómo termina!
-Bueno, tu historia terminó muy bien...
-Sí, por suerte. Al principio parecía que se complicaba todo pero las cosas se dieron bien y acá estamos. Fueron días de muchas corridas por el tema de los papeles, de viajar de Brasil, de resolver todo...
Ahora está relajado. Muy. Y así recibe a Olé en su casa de Villa Sarmiento: bermudas, ojotas y un vaso de jugo en la mano. El ya oficialmente delantero de Boca (firmó su contrato ayer a la tarde) dice que es una persona muy tranquila, que así es su vida. Que sale de compras con su nena Julieta (un año y medio), que va a la casa de los viejos ahí en el barrio y al cine con su mujer. No mucho más que eso, dice, y estira las piernas arriba de la mesa. “Perdón por el desorden, lo que pasa es que acá están todos los juguetes de la nena. Tiene cosas por todos lados. Los ordenás y a los dos minutos ya es un lío”, se ríe y señala una pila inmensa de chiches de todos los colores y tamaños que está a un costado del living. Ahí es donde él y su mujer se recuestan a ver tele mientras la nena juega. El resto de la casa es tranquilidad absoluta. A lo lejos se escuchan los ladridos de los perros (el Burro tiene tres) y algún auto que pasa por la calle. Nada más.
-¿Vas a poder mantener tanta paz ahora que estás en Boca?
-Yo creo que sí. Siempre hice las mismas cosas. Además, vengo del equipo más grande de Brasil con casi 40 millones de hinchas. Sé que algunos me dirán que esto es Boca y lo entiendo. Incluso allá en Brasil le tienen miedo a Boca. Si pueden, lo quieren evitar. Pero yo estoy preparado para este equipo.
-¿Cuáles fueron las primeras sensaciones de ser jugador de Boca?
-Y, mucha alegría por llegar a un gran equipo y con un gran entrenador como Bianchi, con todo lo que él representa y lo que ganó a lo largo de su carrera.
-¿Cuánto influyó que Carlos sea el técnico?
-Y, la posibilidad de estar bajo su mando es algo muy importante, más sabiendo que es él quien me pidió. Esa fue una de las principales cosas que pesaron, que me hicieron tomar la decisión de venir a Boca.
-¿Por qué volviste a la Argentina?
-Primero, porque en Corinthians no me ponían en mi posición. Todos saben que yo no juego de volante, siempre fui delantero. Entonces, eso hacía que disminuyeran las posibilidades de estar en mi mejor rendimiento y de la mano con eso mis chances en la Selección, y ésa es una de mis metas. Yo quería jugar y ser delantero. Por eso decidí irme del Corinthians.
-¿Por qué no Europa?
-No se dio lo que estaba buscando. Y la verdad es que no me volví loco por irme a Europa. Además, Boca es un club enorme, una gran vidriera.
-¿Qué tenés que te querían todos los equipos?
-Eso habría que preguntárselo a los equipos que me quisieron. O a Bianchi. Y eso de que me querían todos no es tan así, cuando tuvieron que sentarse a hablar en serio sólo algunos aparecieron. Boca fue el que se sentó y viajó a Brasil por mí. Ojo, San Lorenzo también estuvo muy interesado y les agradezco a Tinelli y a Pizzi, fue un orgullo que me hayan querido. Pero Boca hizo mucho esfuerzo y acá estamos.
-¿Era el momento perfecto para llegar a Boca?
-Y, sí. Creo que es un momento muy lindo desde todo punto de vista: se juega la Copa Libertadores, es la vuelta de Bianchi después de tantos años y tantos intentos de que regresara. Es una linda experiencia. Hoy me toca que me dirija el técnico más ganador de la Argentina.
-¿Hubiera sido redondo si estaba Riquelme?
-Y, ¿a quién no le gustaría jugar con Román? Pero bueno, cada uno tiene sus asuntos, sus situaciones. No tengo ni idea qué pasó pero sin dudas me hubiese encantado jugar con él. Nunca tuve la oportunidad de hacerlo, sólo me tocó sufrirlo, ja. Hubiera sido lindo poder disfrutarlo al lado. Igual, en Boca hay jugadores muy importantes...
-Y te reencontrás con el Tanque Silva.
-Sí. Con Santiago nos fue bárbaro. El fue el goleador del torneo (Apertura 2010) y yo el segundo. En Vélez ese campeonato metimos 21 goles entre los dos. Fue tremendo. Fue con el centrodelantero con el que más me entendí y con el que fuimos más efectivos. Además es una gran persona dentro y fuera del campo de juego, más allá de algunas reacciones que tiene en la cancha que para mí son graciosas. Eso es por la intensidad con la que vive el partido, pero es un tipazo. Me ayudó mucho a crecer en el juego.
-La gente de Boca espera gritar muchos goles.
-Mi expectativa es ganar títulos. Ese es mi objetivo en cada equipo al que voy. Tuve la suerte de ir seis meses al Corinthians y me tocó salir campeón del mundo que no es poca cosa. Y venía de salir campeón con Vélez. Sé que ganar un título es muy difícil pero mi meta es ésa. Y la Copa Libertadores es mi máximo anhelo. Y a Boca vengo dulce, ja.
-En Boca, Bianchi y la Copa fue una gran combinación.
-Sí, Boca ha hecho fáciles cosas muy complicadas. Eso tiene que ver con el cuerpo técnico, jugadores, dirigencia y hasta la hinchada. Es un conjunto de cosas que se tienen que dar. Y creo que está todo lo que se necesita para lograr ese tipo de objetivos pero después hay que demostrarlo en la cancha, ahí las palabras se acaban y se habla con los pies. La gente tiene que saber que la Copa es muy difícil.
-Hablando de la gente, se dijo que sos hincha de River. ¿Cómo creés que tomó eso el de Boca?
-Mirá, creo que casi todos saben la historia de mi familia. Mi viejo y mi tío jugaron en River. Y mi tío abuelo, Joaquín Martínez, jugó en Boca y en River. Por eso cuando nací me pusieron la camiseta de River, pero yo era chico, no podía decidir. Imaginate que toda la historia de mi familia estaba vinculada a un club. Pero con el correr de los años elegí y me hice hincha de Vélez. Es el único equipo por el que tengo mucho cariño. Fueron 15 años en ese club y me ha ido muy bien. Soy muy agradecido a toda la gente de Vélez.
-¿Creés que están enojados con vos? A Silva lo insultaron cuando fue a Liniers.
-No deberían estarlo. Por Vélez tengo un gran cariño, todos lo saben. Yo tuve mi momento en Vélez pero ya pasó. Una de las cosas por las que me fui fue para no taparles el lugar a muchos chicos que pedían mostrarse. Por eso Vélez no entró en la discusión en este mercado. Además tiene un equipazo la verdad.
-¿Es un rival a vencer?
-Y sí, claro. Ahora le voy a querer ganar porque, por más que quiera mucho al club, ahora estoy en Boca y mi cabeza está puesta acá. Así como dejé todo en Vélez voy a dejar la vida ahora en Boca para que, cuando termine este semestre, estemos celebrando cosas importantes.

Fuente: Ole
Editado por Pelu Gomez
@peludariogomez

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