Mientras sus compañeros piensan en la Copa, Riquelme se entrenó en Casa Amarilla: su recuperación va viento en popa y este miércoles trabajó con Santella. Dolido por el momento de su equipo, ante Unión podría ser su regreso.
El fútbol es un deporte de conjunto y es difícil que un jugador te salve. Pero es posible que un crack pueda hacer la diferencia. Eso espera Boca de Riquelme. Y tal vez en eso confíe Riquelme sobre sí mismo... Entusiasmado con poder dar una mano, Román se entrenó en Casa Amarilla mientras sus compañeros están en Ecuador esperando por el partido ante Barcelona de Guayaquil.
El Diez se movió con los lesionados del plantel (Franco Sosa, Sánchez Miño, Acosta) más los que no viajaron a Ecuador (Silva y Paredes, los más rutilantes). Riquelme siguió las órdenes del PF Santella como viene haciendo en su puesta a punto y luego, para aflojar, realizó algunos ejercicios de kinesiología. Su pretemporada viene viento en popa y con motivación: compenetrado con el momento del equipo, quiere estar para dar una mano.
En Boca son cautelosos y nadie se anima a hablar de plazos. ¿Será contra Unión, este domingo en la Bombonera? ¿Lo guardarán para el partido ante Nacional de Uruguay, por la Copa? Riquelme quiere jugar y la pelota lo llama.
Fuente: Ole
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