Existen técnicos que, independientemente de sus partidos ganados o perdidos, generan un cambio de mentalidad en los clubes por los que pasan. Le pasó a Griguol en Ferro, a Bianchi en Vélez, a Cabrero en Lanús. El discurso del Turco, que en un principio despertó desconfianza en algunos dirigentes, ahora es defendido a ultranza por quienes conducen a la institución. Limpió al Chaco Torres, Rusculleda, Guille Pereyra, Herner y Velázquez, y subió a Pacheco, Ramírez, Cabrera, Luciatti y Navarro. Toda una señal de que se puede apuntar al campeonato local, pero también al económico. La dirigencia, por ahora, optó por bancar los ideales del entrenador. La idea, entonces, es que los resultados no opaquen su plan. Por el bien de los dos.
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