martes, 16 de abril de 2013

Racing: Que se cuide Vietto


Bruno Zuculini, el nuevo goleador de Racing, bromeó sobre una virtud que le permitió gritar dos veces ante San Lorenzo y tomarse revancha de su error ante River. "¡Ahora que se cuide Vietto!", desafía al otro artillero.
Remera canchera, campera de cuero azul, pantalón del mismo color, zapatillas blancas impecables, un andar desfachatado. Bruno Zuculini se mueve por el playón de Racing con ropa de estrella, aunque hoy su luminosidad más importante va por dentro, debajo de esa pilcha moderna. Hoy reparte sonrisas, pero estuvo triste, muy triste. El grosero error contra River (con un mal pase le regaló la pelota a Lanzini para el 0-2) lo había dejado dolorosamente expuesto, con el corazón roto, con una angustia amplificada por ser un rabioso fana de Racing. Encima, en ese mismo encuentro, antes de la falla, había reventado un tiro de cabeza en el travesaño.
Estaba todo mal, hasta que su cuerpo volvió a pesarle menos. Recuperó la alegría. Las ganas de salir de su casa. Los dos gritos en el 4-1 sobre San Lorenzo catapultaron a una resurrección a este pibe fresco, simpático, espontáneo. Hoy hasta se permite hacer humoradas sobre la fórmula de su éxito: sus tres tantos en el torneo (en total lleva cinco con la casaca de la Academia) fueron tras picar al vacío por sorpresa y con un alto nivel de oportunismo. “Piso el área de caradura que soy nomás”, arranca, entre carcajadas, como si en parte quisiera quitarles mérito a sus conquistas. Aunque enseguida se pone serio. “En realidad, es algo que me pide Zubeldía para que ayude en ofensiva y sea de apoyo. Me está saliendo bien eso, ojalá se repita diez veces más. Ya no voy a marcar más en el medio, ahora iré de enganche, je”.
-¿Cómo viviste las horas posteriores a la falla que tuviste contra River? -Sentí un poquito de vergüenza porque trabajo para que esas cosas no sucedan y me tomo las cosas muy a pecho. En la cancha fui el primero en levantar la mano para pedir perdón. Fue muy duro: no tenía ni ganas de salir de mi casa para cargar nafta...
-¿Qué pensaste apenas te equivocaste? -Tuve ganas de matarme. Me querían matar todos y me quería matar yo también. Cuando llegué a casa, mi familia estaba mal, pero ellos, mis amigos y conocidos siempre se portan diez puntos conmigo. Tuve que levantar la cabeza y seguir. Cambié de página. A partir del martes, cuando volvimos al laburo, no podía fallarles a mis compañeros ni al cuerpo técnico. Me olvidé de todo y me enfoqué en hacer las cosas bien en el último clásico.
-El Tano Ortiz pidió rebeldía en la semana. ¿Vos la estás demostrando? -Después de leer su nota en Olé , en la que habló de rebeldía, le pregunté a qué se refería. Estuvimos hablando un rato largo sobre eso. Me explicó todo, me dijo que lo que hice yo es rebeldía y me felicitó.
-S te nota con mucha confianza para aparecer sin pelota en el área.
-Sí, yo trato de llegar por sorpresa. Mi problema era que aparecía un poco antes de que tiraran el centro. Como me marcaban, entonces ya no había sorpresa. Ahora tengo que leer la jugada y entrar en el momento justo. Y estoy teniendo suerte, je.
-¿Tenés algo de intuición para olfatear el gol? -Mirá: en el segundo gol a San Lorenzo, se me pasó por la cabeza que tenía que estar en ese lugar. Sentía que no debía volver hacia atrás, sino quedarme ahí. Y bueno, se me dio. Y casi hago un tercer gol.
-Claro, la que tiraste por arriba. ¿Qué pasó ahí? -Fue la más fácil de todas las que tuve. Colombatti, que sabe mucho, me dijo que tendría que haber definido de cabeza en esa zona del área, no con el pie.
-¿Te quedaste con ganas en el gol de Vietto, el cuarto? Entrabas solo por el medio...
-¡Sí! Después se lo comenté. En San Juan lo asistí, pero esta vez no me pasó la pelota. Igual, me pareció muy buena su definición. ¡Ya hubiera sido mucho para mí hacer tres goles! -¿Pudiste charlar con Franco, tu hermano? -Un ratito después de llegar a mi casa el día del partido, el loco me llamó. Mañana (hoy) está viniendo desde Europa y seguro me tirará lagunas palabras más. Estaba muy contento el loco. Ya tengo más goles que él en Racing, eh. Franco hizo dos, a Central y a Boca. Y yo voy con cinco, todos de visitante, en el primer tiempo y con la derecha. Y bueno, no tengo zurda, ¿qué querés que haga? -¿Cómo fue tu regreso a casa luego del clásico? -Mi mamá, que cocinaba, me dio un abrazo fuerte. Mi viejo también. Después me quedé un rato con mis amigos, todos contentos.
-¿Por qué creés que Racing es tan inestable? -Es cierto, tenemos que salir de eso. Estamos trabajando para lograrlo. Hay herramientas y muchas ganas de todo el plantel. Vamos a dejar la irregularidad.
Durante la sesión de fotografías, Zucu parece un modelo. Se coloca de frente, de perfil, sonríe... Pero no todo es lo que se ve. “¡Dale con la foto que me da mucha vergüenzaaaa!”, susurra, con los dientes apretados, frente a los disparos de flashes.
Tampoco estaba acostumbrado a convertir y ya le va tomando el gusto. “El gol es lo más lindo del fútbol. Es lo que festeja la gente, por lo que muchos se ponen a llorar. Es una sensación hermosa, ojalá sigan entrando”, desea Bruno, con fervor.
-Sos el goleador de Racing junto a Vietto, con tres. ¿Tiembla Lucho? -Ojo, que se cuide. Nos llevamos muy bien, pero que se cuide, je...
Contra Colón, en el Cilindro, Zuculini volverá a jugar de arranque en dupla con Mario Bolatti en el medio. Su padre, Marcelo, seguirá sufriendo como siempre por Racing y pendiente de cada movimiento de su hijo, del nuevo goleador.





Fuente: Ole
Editado por Pelu Gomez
@peludariogomez

No hay comentarios:

Publicar un comentario